El derecho a la igualdad: La noción de igualdad es un principio básico de los derechos humanos que garantiza el reconocimiento de todas las personas como iguales ante la ley y de disfrutar de todos los demás derechos otorgados de manera incondicional, es decir, sin discriminación por motivos de nacionalidad, raza, creencias o cualquier otro motivo.
La lucha por la igualdad apareció con los revolucionarios franceses del siglo XVIII, cuyo lema de lucha era la igualdad, junto a la libertad y la fraternidad, bregando porque se acabaran los privilegios de algunas clases (nobleza) sobre todo en cuanto al pago de impuestos.
La igualdad es uno de los principios básicos de los derechos humanos,que nos otorga a cada persona una serie de normas y derechos.Los derechos humanos son:
- inherentes a todas las personas,
- universales,
- fundamentales,
- innegociables
- inalienables.
Lo que significa que son derechos que ninguna ley, acuerdo comercial, económico o político pueden quitar o enajenar y que el Estado está obligado a protegerlos y garantizarlos. Estos derechos se han clasificado en una, dos, tres o más generaciones porque surgieron en distintos momentos de la historia,primera,segunda y tercera generación.
Los Principios para la Igualdad fueron acordados por un grupo de expertos en varias
fases de consulta. Fueron discutidos en una conferencia titulada “Principios para la
Igualdad y Desarrollo de Estándares Legales para la Igualdad”, organizada por The Equal
Rights Trust los días 3 - 5 de abril de 2008 en Londres.
Toda persona es libre de actuar como lo juzgue según su propia razón, SIEMPRE Y CUANDO respete la libertad y derechos de las demás personas.
REFLEXIÓN:
Todos los seres humanos y todos los pueblos son iguales, en todos los ámbitos y en todas las sociedades y tienen igual acceso a las riquezas, a la tierra, a un empleo digno, a medios de producción, a vivienda adecuada, a educación de calidad, a formación profesional, a la justicia, a una alimentación sana, nutritiva y suficiente, a servicios de salud física y mental, a la seguridad durante la vejez, a un medio ambiente sano, a la propiedad, a cargos de representación política y de toma de decisiones, a la energía, al agua potable, al aire puro, a medios de transporte, a las técnicas, a la información, a los medios de comunicación, al ocio, la cultura, el reposo, la tecnología y la ciencia.
No hay condición humana o de vida que justifique la discriminación.
No hay costumbre, tradición, religión, ideología o sistema económico o político que pueda justificar el poner a una persona en situación de inferioridad, ni permitir actos que pongan en peligro su dignidad e integridad física y psicológica.
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